lunes, 25 de octubre de 2010

Buenas intenciones de "Sala tomada"

Ayer, domingo 24 de octubre, vi la presentación de la obra Sala tomada en el Teatro de la Danza, en la ciudad de México. La autoría es del Colectivo Inquietando, integrado por Zulai Macías, Alma Quintana, Esthel Vogrig, Magdalena Leite, Karina Terán, Nadia Lartigue, Juan Francisco Maldonado, Diana Sánchez, Anabella Pareja Robinson, Nuria Fragoso, Paulina Rucarba, Melissa Cisneros y Marta Sponzilli. Aquí mis impresiones:

Lo primero que quiero subrayar es el mérito enorme de la pieza. Se necesita mucho valor para presentar una obra nada convencional, un verdadero experimento, en los teatros de danza. Sala tomada es una iniciativa profundamente saludable, porque se atreve a echar a la basura el estilo de la danza tradicional y la postura pasiva del público. En México es importante que la danza se sacuda el preciosismo técnico, y que los bailarines sepan que son algo más que atletas o contorsionistas lindos y decorativos, una especie de supermodelos nice en movimiento. Los espectáculos de danza deben ser más que unos juegos olímpicos donde esperamos ver quién salta más alto o gira más rápido o realiza las más impresionantes proezas circenses. Las infinitas Giselles o los Cascanueces innumerables personalmente me aburren. Por eso creo que Sala tomada es una acción de limpieza, un acto higiénico. Es una obra para gente que quiere cuestionar a fondo la danza, desde su condición de creadores o bien de espectadores. Especialmente agradecibles fueron su desparpajo y espontaneidad.


Yo asistí solamente el domingo 24 de octubre, y presencié la historia de una coreografía que se cuestiona a sí misma. Vi una sucesión de acciones, unas breves y otras más largas, enfocadas a destruir los convencionalismos y las rutinas. Ésa es, como dije arriba, la función higiénica de Sala tomada, es una excelente función negativa (de negación). Todo el tiempo la obra se trató de NO hacer algo previsible, de NO seguir caminos trillados, de NO aceptar lo establecido. Fue una serie de negaciones, y como tal creo que fue muy interesante. Pero –y esto quiero subrayarlo— no vi nada más. Es cierto: Sala tomada es valiente, es novedosa y se cuestiona a sí misma; pero ¿y?


Honestamente creo que la pieza no salió de su afán de negar y no propuso otra cosa. Eso se reflejó en el hecho de que, a ratos, varios miembros del público empezamos a cabecear. Creo que hay otras maneras de provocar al público. Se puede escandalizar, ofender, insultar o dejar patidifuso al público, y eso es meritorio (y cada vez más difícil), pero aburrir es mortal para la pieza. O casi siempre. Algunas obras valiosas quizá podrían ser aburridas, pero a propósito, con un sentido consciente y bien enfocado. Y si aburrir no es intencional, entonces mejor debería haber brevedad y concisión; es más adecuado no extenderse indiscriminadamente, no abusar del tiempo del espectador. Si la obra se alarga, que sea por algo que valga la pena. (Entonces se preguntarán: “¿Por qué te quedaste hasta el final de la función?” La respuesta es: “Porque me despertó gran curiosidad saber cómo acababa todo.”)


Si la obra se basa en la improvisación, hay que procurar que ésta no se salga de las manos. Ahora bien: creo que a Sala tomada la salvó su desparpajo y que no fue nada pretenciosa. Recuerdo un caso semejante de una obra supuestamente “propositiva” y “cuestionadora” (pero ésa sí muy, muy pretenciosa) titulada Solar, que se presentó en el Centro Universitario Tlatelolco creo que en 2008 o 2009. Según yo, fue un fracaso rotundo porque levantó altísimas expectativas pero se quedó en un ejercicio estudiantil de “creadores” con muchas palancas, influencias y conectes.


¿Qué es el arte? ¿Todo es arte? ¿Todo el arte vale la pena? ¿Cuál es el criterio de valor o “calidad” en el arte? Hay dos cosas ciertas: 1) Nadie se pone de acuerdo en las respuestas a esas preguntas. Pero también, muy importantemente: 2) Es ESENCIAL ponerse a ESTUDIAR lo que otros creadores han propuesto e investigado al respecto, revisar la historia. Si Sala tomada quiere ir más allá de la danza tradicional, pues hay que meterse a los libros y/o videos de gente como Tadeusz Kantor, Antonin Artaud, el Living Theater de Nueva York, Fluxus, John Cage y Joseph Beuys, por mencionar algunos casos. Se debe estudiar el hecho escénico desde las más variadas perspectivas, por ejemplo el teatro y la performance. Muchas cosas que ustedes presentaron ya han sido planteadas en las artes visuales desde hace cuarenta o cincuenta años, y de manera más contundente. ¿Por qué no entrar a un taller de performance? ¿Por qué quedarse a solas con la gente de danza, pudiendo colaborar con quienes llevan toda una vida investigando esos mismos temas? Eso sí: sin necesariamente quedarse atado a una etiqueta.


Es decir: aterrizar toda la reflexión que la obra tiene atrás. En lugar de citar nombres como los de Borges o Walter Benjamin (cuya lectura se nota que SÍ han realizado, y con mucha atención), más bien se trata de HACER VISIBLE, PERCEPTIBLE la reflexión en el cuerpo mismo de la obra, no sólo con mencionar a los autores. No quedarse en el puro rollo.


Creo que para el público (o al menos hablo por mí) es más interesante ver no sólo cómo una obra se replantea y cuestiona a sí misma, sino que una obra de este tipo hable de algo más allá de ella: que diga algo sobre la vida afuera del escenario, que deje de mirarse el ombligo. Por ejemplo, puede hablar sobre política, o sobre la muerte de un ser querido, o sobre sentimientos amorosos o religiosos o depresivos… No sé: los temas son infinitos. Pero siempre evitando caer en el callejón sin salida del arte conceptual más purista y estricto (pienso en Joseph Kosuth y en el grupo Art & Language), que acaba volviéndose abstruso, seco, árido y estéril. El arte-sobre-el-arte ya está muy visto, y opino que es un camino que en la década de 1970 llegó a su final.


Yo tengo la impresión de haber visto un ejercicio, pero no una auténtica obra “procesual”, en el sentido en que puede serlo una de las Európeras de John Cage, por poner un caso.


Pero a pesar de todo mi mamoncísimo comentario, reitero que me parece admirable el esfuerzo que han hecho. No cualquiera se atreve. Hacen falta más trabajos de este tipo; solo así se llegará a concretar resultados más sólidos. Mientras tanto, esto es un principio, y nada despreciable.





[Lean una muy argumentada réplica a este escrito aquí: http://intisantamaria.blogspot.mx/2012/07/una-carta-de-mariana-arteaga.html ]

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2 comentarios:

  1. Hola Inti, cómo estás?
    Te agradezco mucho tu comentario, su claridad es increíble...
    Te mando un saludo!! y si en algún momento quisieras compartir cosas con nosotros, te lo agradeceremos mucho, las puertas del colectivo están abiertas.
    Saludos.

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  2. N'hombre, al contrario: gracias a ustedes por hacer algo más que una coreografía "bonitilla". Qué bueno que andamos en la misma frecuencia. (En Facebook, entre antier y hoy, ya me pidieron su amistad Alma Quintana, Magdalena Leite y "Talleres Danza". Ahí me invitan a sus próximas presentaciones, por fa.) Saludos.

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