domingo, 1 de mayo de 2016

Arte contemporáneo: una conversación



CONVERSACIÓN, VÍA FACEBOOK, ENTRE FRANCISCO SOLÍS E INTI SANTAMARÍA, 6 DE FEBRERO DE 2016. COMPARTIDA AQUÍ GRACIAS A LA CORTESÍA DE FRANCISCO SOLÍS.

FRANCISCO SOLÍS
DIRÉ UN MONTÓN DE OBVIEDADES SOBRE ARTE:

Esto va a sonar un poco pretencioso (o tal vez mucho); pero, como saben, el año pasado tuve la fortuna de ir de viaje a Europa y vi muchísimo arte en el Museo Vaticano, el Museo Nacional en Nápoles, la Galería de los Uffizi, el Museo de Louvre, el Prado, etc.

Cuando estuve en Suiza pasé por una feria de arte contemporáneo (muy similar a Zona MACO) y tuve la revelación: El arte contemporáneo es una basura. Fuera de un par de cosas impresionantes que vi en el Museo Georges Pompidou en París, perdidas entre mucha paja ocurrente, me di cuenta de que el arte exhibido en los museos de arte clásico (tradicional, académico, de la vieja escuela o como le quieran llamar) por sí mismo, con la simple contemplación, pude provocar un cambio en ti, al grado de estar con la boca abierta, cuestionarte tu propia existencia y hasta creer en Dios, no necesita de un discurso ni un contexto detrás para provocar una serie de movimientos grandes en el espectador (el tener el discurso y el contexto puede enriquecer la experiencia, pero no es la base de ella).

En cambio, el arte contemporáneo (conceptual, arte de la idea, o como le quieran llamar), es chistoso, es ocurrente, es lindo, es decorativo, requiere muchas explicaciones, se convierte en un concurso de a ver quién cuenta mejor un chiste dirigido a unos cuantos, las cuestiones técnicas y la factura pasan a segundo plano (y presentan tal fenómeno como su fundamento y no como una grave carencia).

Sí, existen artistas vivos, contemporáneos etimológicamente, que sí se dedican al desarrollo de sus artes, que pintan bien, que esculpen, y que procuran la perfección técnica y que mediante sus recursos pueden provocar experiencias similares a las que produce el arte “viejo”; pero estos artistas son los menos, no se ponen de moda, ni son los marcadores de tendencia, lo cual es muy triste.

En fin, este rollito es sólo para decir: No, no voy a ir este año a Zona MACO #PorSiEstabanConElPendiente. Me da mucha flojera, ya he ido varias veces y no cambia la experiencia: uno sale sumamente decepcionado, aunque entre la paja uno pueda llegar a encontrarse alguna joya que sí valga lo que cuesta, y aunque la fiesta se ponga buena, y aunque me hayan llovido invitaciones a ir. Amén.

INTI SANTAMARÍA
Hay una cantidad decorosa de arte contemporáneo muy conmovedor. Bill Viola o algunas obras de Gabriel Orozco (por dar dos ejemplos casi al azar) son casos de ello. El problema hoy es que el 99% del arte sí es basura (que quedará olvidada dentro de no mucho tiempo), y eso abruma el poco arte bueno. Además hay un aparato intelectual-académico listo para defender intereses realmente monetarios, no artísticos.
Otro caso: ¿Finnegans Wake es una novela “buena” o “mala” (sea lo que eso signifique)?
[Aquí va el vínculo al Manifiesto de El Ojode Medusa.]

FRANCISCO
¡Qué buen texto, Inti! Como manifiesto está interesantísimo, sin embargo, no deja de ser un poco irónico que para poder contrarrestar la corriente chistosa de los exquisitos se deba recurrir a un texto de explicación curatorial hecho a imagen y semejanza de los del arte conceptual. Salvado eso, y con todos sus bemoles, está muy interesante. Me recordó mucho a la crítica que hace [la columnista mexicana] Avelina Lésper del catálogo de la obra de Gabriel Orozco (del que no soy fan en absoluto, de hecho, medio me choca).

[Aquí va el vínculo a un artículo de Lésper sobre un catálogo de Gabriel Orozco, libro editado por el MoMA de Nueva York.]

INTI
Muchas gracias por leer y compartir tu opinión, mi querido Francisco. Realmente creo que en algún momento lo que en el arte hoy nos “descoloca” será asimilado dentro de algún tiempo (¿décadas, siglos?), y la porquería quedará en el lugar que se merece.

El Greco o el Rembrandt anciano no eran fáciles en su época; pero conforme pasó el tiempo se hicieron populares. ¡El Greco tardó [en ser valorado] hasta principios del siglo XX! Ésa es la labor del historiador, del crítico, del teórico: ser puentes entre las obras y el público. La obra sola apenas habla nada, aunque lo parezca.

¿Qué nivel de consumo ejerce un turista naco e inculto (pongamos que un yúnior mexicano millonetas que viva en Garza García, o un hijo de político) que va primero a la Capilla Sixtina y luego siente la mismita impresión viendo Iron Man? Ni siquiera los textos más supuestamente “transparentes” (Flaubert, Dickens...) son asimilables en toda su riqueza si alguien no nos los explica. Bueno, el tema es infinito...

FRANCISCO
Hmmm... Dioses, ¿no se contradice esto último que dices con el manifiesto? Es decir, el asunto de proponer un arte retiniano es justamente que no requiera una explicación muy elaborada. Ciertamente la crítica y la historia del arte son los que después valorarán qué se queda y qué se va. El problema es que los que están escribiendo la historia del arte ahora son los mismos protagonistas del mercado conceptual... O sea, tal vez pasen un par más de siglos para que emerja lo realmente bueno de estas últimas dos décadas. Pero concuerdo absolutamente contigo en aquello de que la porquería quedará en el lugar que merece...

INTI
Bueno, en el manifiesto me importaba afirmar que no deberían requerirse kilos de libros para entender algo sonso. Sin embargo, si sí vale la pena la obra, pues ni modo, sí creo que es necesario estudiar mucho (caso: Duchamp). Pero eso no lo aclaro en ese texto, tienes razón.

Por otro lado, mi opinión de Lésper es que —diría Mafalda— mira el futuro con la nuca. Sí pone puntos sobre muchas íes, pero niega todo el siglo XX. Su ideal es la pintura pompier decimonónica, ¡ni siquiera el impresionismo! Más interesantes me parecen [el crítico, historiador y filósofo estadounidense] Donald Kuspit o, acá en México, [el artista visual, curador y ensayista] Javier Toscano, porque viven en su época y la critican con argumentos de su propia época.

Y, ni modo, hay arte para artistas, no siempre es democrático... habrá que entender cierto arte con la misma especialización con la que descodifiquemos la física relativista, quizá. No es agradable, acaso tampoco justo. Pero ¿no está el conocimiento destinado a quienes lo estudien con ahínco?

Asimismo, es verdad que muchas pésimas obras de arte responden a una lógica meramente mercantilista. Este documental está bien padre al respecto: [aquí va un vínculo al filme documental The Great Contemporary Art Bubble (2009), de Ben Lewis, traducido y doblado por Televisión Española como La gran burbuja del arte contemporáneo].

FRANCISCO
Sí, no digo que “Avelina es mi pastor y nada me faltará”, jaja. Pero sí, concuerdo en muchas cosas con ella. Estoy medio de acuerdo contigo, hay cosas que de plano no. Es decir, sí, los estudios sobre arte y la crítica están completamente justificados. Pero aquí citaré a Poe: “La profundidad se encuentra en los valles donde la buscamos, pero no en las cumbres de las montañas, que es donde la vemos.”

INTI
Je, sí, coincido. A veces la especialización desconoce lo más conmovedor de la vida. 


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