sábado, 25 de abril de 2020

¿Arte "verdadero" y arte "falso"?

Dicen: "Es que hay un único arte verdadero y el resto es ilegítimo."

Yo no considero que exista una definición única, general y exhaustiva del arte. Hay muchos puntos de vista.

Mi personal toma de partido es la llamada «teoría institucional del arte», iniciada por Arthur C. Danto en la década de 1960 y desarrollada por él mismo y por gente como George Dickie. Retomo a este último en su libro The Art Circle: A Theory of Art (1984).

Dickie alcanza a enlistar en su libro (págs. 80-82) cinco condiciones para lo más cercano a una definición, que yo adopto:


«I) Un artista es una persona que participa con entendimiento en la realización de una obra de arte. […]

«II) Una obra de arte es un artefacto de una índole creada para ser presentada a un público del mundo del arte. […]

«III) Un público es un conjunto de personas, los miembros del cual están preparados en algún grado para comprender un objeto que les sea presentado. […]

«IV) El mundo del arte es la totalidad de sistemas del mundo del arte. [...]

«V) Un sistema del mundo del arte es un marco para la presentación de una obra de arte por un artista a un público del mundo del arte.» (80-82.)


El autor reconoce que esta definición es un círculo vicioso porque todos sus conceptos se refieren a ellos mismos. El término definido está dentro de la definición. Para escapar a ese callejón de salida, Dickie toma la palabra «arte» como inanalizable e indefinible con conceptos. Declara que la entendemos (incluso desde que somos niños) de manera no lingüística; por ejemplo, por experiencia sensorial o por intuición. Así, una definición no es necesaria, al menos en su acepción clásica. (Diría Wittegenstein: se muestra, no se dice.)

Hubo una interpretación derivada de la visión de Giorgio Vasari en el siglo XVI (a esas visiones se les podría llamar «paradigmas» [Kuhn] o «narrativas» [Lyotard-Danto]). Hay una visión formalista-modernista, ideal para mucha pintura abstracta. La hay --otra-- que es afín a Marcel Duchamp y John Cage. Habrá seguramente más. Dentro de cada una de ellas, puede hablarse de artistas y obras «mal hechas», «mediocres», «fracasadas» o «farsantes». Fuera de ellas, no.

Aventuro esta idea: cada una de esas visiones responde a una visión del mundo, a un temperamento, a un carácter, a un tipo de emocionalidad. Quien necesite un orden claro, racional y estable, no concordará con quien se entrega al devenir, al relativismo y lo a-racional. Esas visiones han demostrado ser irreductibles entre sí.

Creo que es natural que nunca se llegue a un acuerdo mutuo. También eso me parece correcto.

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