sábado, 11 de abril de 2020

¿El arte es elitista?

Hoy la plataforma ‘Obras de Arte Comentadas’ publicó en sus redes este texto de Roberto González Elizalde:

«“Entonces el arte es elitista”, exclamarán con rabia algunos, y argumentarán que “por qué el arte se ha vuelto tan complejo”. Creo que cualquier experiencia humana que quiera ser vivida y percibida de forma plena necesita de toda nuestra atención y de toda nuestra disposición para entrar en ella. No nacemos con una facultad o aptitud para consumir deportes, pero muchas personas han colocado su atención en entender el futbol americano y han tenido la disposición para aprender reglas, estrategias, jugadores. Lo mismo sucede con el arte, es un interés que se desarrolla.» 

En la publicación original alguien decía que este escrito le suena a que "los pobres son pobres porque quieren". Le puedo responder que ése es un punto interesante, complejo y, en el fondo, injusto.

Es un tema de educación y de estudio. Si quieres entender matemáticas, las estudias. Si quieres entender mecánica cuántica, la estudias. Si quieres entender sánscrito antiguo, lo estudias. Igual pasa con el arte.

La capacidad de estudio, el talento y la inteligencia son democráticos. Todos --ricos y pobres-- podemos estudiar y aprender. Los ricos son tan listos o tan tontos como los pobres. Ahí están muchísimos libros de teoría del arte para los que quieran abrirlos y TRABAJARLOS: en la Biblioteca Vasconcelos, en el archivo de Ex Teresa, en la biblioteca del Instituto de Investigaciones Estéticas, en línea o en muchos otros lugares.

Pero aquí comienza el problema: el acceso a la educación no es democrático. Acabo de mencionar tres bibliotecas del DF, porque en ese lugar vivo. Pero no todas las poblaciones tienen el mismo número de bibliotecas; México está demasiado centralizado y no debería estarlo. No todas las personas tienen acceso al mismo nivel de educación. Agradezcamos a la Revolución Mexicana y a los regímenes que siguieron la creación de las instituciones de educación pública, laica y gratuita (y hasta cierto nivel, obligatoria); en otros países no existe la universidad pública gratuita. Pero, aun así, hay cifras muy tristes en la educación nacional; México está en los últimos lugares de la OCDE en aprovechamiento escolar.

Hay más factores. Si naciste en una familia que lleva tres generaciones de educación universitaria, acceso a escuelas bilingües, un ingreso desahogado, posibilidad de viajar al extranjero y ciertos contactos en las instituciones culturales, obviamente tendrás más oportunidades de adquirir mayor CAPITAL SIMBÓLICO (lo llama Bourdieu) que alguien que tiene padres analfabetos, que debe dedicar varias horas diarias a un empleo de medio tiempo como obrero, y que llega a la escuela habiendo dormido mal y sin haber desayunado. Desde luego, este último caso es profundamente injusto e indignante, y hay que solucionarlo.

Un apoyo económico suficiente es necesario para que alguien pueda dedicar todo su tiempo, con profundidad y en detalle, a desarrollar una investigación científica, a escribir un libro, a planear una exposición. (Habrá excepciones de quienes salen a flote por sí solos; los considero excepciones.)

Sin embargo ¿es mala esa investigación científica, ese libro o esa exposición por haber provenido de un apoyo económico extra? ¡¡NO!!

Ni el Gran Colisionador de Hadrones, ni el 'Ulysses' de James Joyce, ni el 'Tractatus' de Wittgenstein, ni la poesía de Gerardo Deniz ni 'Étant Donnés...' de Marcel Duchamp son "fifís" por haber sido hechos con un alto capital simbólico.

El mismo malentendido ocurre con el Fonca. El Fonca no es (no siempre es) la raíz de la desigualdad en los grupos de creadores. (Tiene muchos funcionamientos qué mejorar, desde luego.) Es al revés: el Fonca es un REFLEJO de una sociedad que ya DE ENTRADA es desigual e injusta: obviamente quienes hayan tenido más tiempo libre para leer sobre arte contemporáneo tendrán mayor acceso a las becas porque podrán sustentar mejor sus proyectos. Quienes hayan podido dedicar más horas de su vida a producir obra propia y a promoverla en México y en el extranjero podrán tener mayor y muy probablemente (aunque no seguramente) mejor trayectoria.

¿Eso es injusto? Claro que sí. ¿Es culpa de las instituciones culturales o del arte contemporáneo? *NO.* No del todo, al menos. Pienso que con mayor y mejor educación, la cual a su vez depende de una mayor justicia social, se podrá ir subsanando esa brecha, ese auténtico abismo.

No se trata de condenar cierto arte como "fifí" porque no existe eso. No rebajemos la reflexión ni la creación. No empobrezcamos nuestro capital simbólico. Al contrario, subamos el nivel, sobre todo tolerando que existen diferentes y plurales tipos de asimilar, consumir, crear y relacionarnos con los productos estéticos en general y artísticos en particular.

Los que no tienen perdón son los que, teniendo posibilidades intelectuales, económicas, académicas y simbólicas, se niegan a estudiar un tema pero sí lo critican desde el prejuicio, la ignorancia y el resentimiento. Su güeva mental es pasmosa. ¡¡Lean, investiguen!!

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